Museo Arqueológico

El Edificio

El espacio dedicado a la colección arqueológica del Museo Municipal de Montoro, está representado por la Iglesia de Santa María de la Mota. Se trata de una antigua ermita del siglo XIII, que ha sufrido importantes transformaciones hasta el siglo XVIII. Se trata de una estructura sencilla, de 327m², distribuidos en tres naves separadas por esbeltas columnas de piedra. Sus capiteles, de estilo románico, suponen uno de los elementos más interesantes del edificio, pues son diversos entre sí, y parecen tener, como los fustes de las columnas, procedencias distintas. Las columnas sostienen arcos apuntados.

Capiteles

Se trata de una colección de 15 capiteles labrados en piedra molinaza local, si bien diversos en cuanto a tipología y dimensiones, de modo que serían llevados a esta Iglesia desde diversos lugares, es decir, fueron reutilizados.

Colección arqueológica

Las vitrinas del Museo Municipal de Montoro contienen materiales arqueológicos recuperados en el Término de Montoro, correspondientes a las diversas fases cronoculturales, desde materiales paleolíticos, neolíticos, de las Edades del Cobre y Bronce, Ibéricos romanos, medievales y modernos.

Colección Paleontólogica

Las vitrinas del Museo Municipal de Montoro contienen también una importante colección de fósiles pertenecientes a las distintas etapas de la formación y evolución de la vida en la Tierra.

Estela de gurrero

Esta laja de piedra se corresponde con aquello que en las bibliografías peninsulares es conocido como “estela de guerrero”. Apareció en las cercanías de la Torre Villaverde, en superficie y fuera de contexto arqueológico de ningún tipo. Estas lajas de piedra, de las que existen otros ejemplos recuperados en el sur peninsular, como en Ategua (Santa Cruz, Córdoba), son interpretadas como significativas de las diferenciaciones verticales que se operarían en las sociedades de los siglos XIII-XI a.C., con la aparición de élites militarizadas. La presencia de signos esgrafiados en la superficie de la laja, interpretados pese a su estilización, como ruedas de carro, espejos, flechas y guerreros armados, vendrían a apoyar su interpretación como testimonios de esa nueva situación social. Otras líneas interpretativas sitúan estas “estelas” como mojones delimitadores en el territorio, tal vez vinculados a tareas agropecuarias, como puntos de paso de ganado o de reunión de pequeños grupos nómadas.

Ángel Orante

Se trata de la primera obra del escultor Mateo Inurria Lainosa (1867-1924), cuando apenas contaba catorce años. Le fue encargada por el arquitecto Amadeo Rodríguez para la hornacina de fachada de la capilla del Cementerio de Montoro. Se trata de una figura exenta, de bulto redondo, elaborada sobre piedra caliza procedente de Estepa, aun cuando las alas se elaboraron en terracota. Recientemente ha sido objeto de un trabajo de limpieza que la ha despojado de la suciedad que se le adhirió durante el tiempo que estuvo expuesta en el Cementerio de Montoro.

Thoracata

Esta escultura fue hallada fortuitamente en 1989 en el transcurso de unas obras en Calle Cervantes, situada en la zona de ampliación de Montoro, en la zona de influencia del yacimiento Palomarejo. Representaría a un emperador o bien a un alto personaje político o militar. Se data entre los años 97 y 117 d.C., y fue elaborada en mármol blanco, cincelada y pulida por ambas caras.

El personaje representado estaría en posiblemente en posición de arenga, con coraza decorada con iconografías de victorias aladas y figuras sedentes, probablemente representaciones de Oceanus y Tellus.

Atendiendo a su importancia artística e histórica, fue declarado Bien de Interés Cultural de la Junta de Andalucía en 2005.