El origen de la escritura en la Península Diario de Sevilla. 18/10/2017 La Hispalense coordina un estudio sobre la estela de Montoro, cuya inscripción podría ser la más antigua conocida en Iberia https://www.diariodesevilla.es/universidadsinlimites/origen-escritura-Peninsula_0_1182782179.html Un grupo de investigadores de las universidades de Sevilla -que actúa como coordinadora-, Granada, Cardiff y Southampton (ambas del Reino Unido), junto a expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha establecido que los signos descubiertos en la estela de Montoro (Córdoba) podrían corresponder con la escritura más antigua conocida en Iberia. Estos signos son compatibles con las escrituras ibéricas más antiguas conocidas, como la levantina, la tartésica y la meridional, pero también con otras orientales como la fenicia, la proto-sinaítica, la proto-cananao y la sudarábiga. Esto, según los expertos, ayudaría a entender los orígenes de la escritura en Europa Occidental. El estudio concluye que los signos presentes en la estela cordobesa no tienen sentido en su conjunto dentro de ninguno de estos alfabetos tempranos. Por tanto, los investigadores aseguran que el autor o autores de la monumental estela de Montoro utilizaron signos que no tienen coherencia como sistema de escritura en sí, sino que parecen haber sido usados de una manera peculiarmente selectiva. ESTAS INSCRIPCIONES AYUDARÍAN A ENTENDER LOS ORÍGENES DE LA ESCRITURA EN EUROPA OCCIDENTAL «Esto constituye en sí mismo una situación extraordinaria, pues sería como si hoy encontrásemos una inscripción con signos de los alfabetos latino, cirílico y chino combinados», explica el profesor de la Universidad de Sevilla Leonardo García Sanjuán. En el trabajo recientemente publicado en la revista Antiquity, los expertos señalan dos posibles explicaciones para esta extraña combinación de motivos. Por un lado, se piensa que en algún momento indeterminado al comienzo de los contactos con los navegantes orientales de sociedades literarias que frecuentaron el sur de España algunos sujetos de las poblaciones locales del Valle del Guadalquivir, que eran ágrafas (no usaban la escritura), fascinados por el poder de la escritura, hicieron un monumento gráfico donde representaron signos que no podían leer pero que ellos asociaban a sociedades tecnológicamente más desarrolladas, distantes y exóticas. Esta hipótesis tendría mayor verosimilitud si la estela correspondiera a la fase inicial de la Edad del Hierro, cuestión que no ha podido ser establecida con certeza. Por otro lado, si la estela fuera de una fase más avanzada de la Edad del Hierro, se baraja la posibilidad de que quienes grabaron la estela de Montoro sí conociesen y entendiesen el significado de los signos que estaban reproduciendo, pero que, deliberadamente, los usasen de forma no gramaticalmente significativa. En esta segunda hipótesis, los signos habrían sido utilizados no como parte de unas frases comprensibles, sino como códigos que designaban alguna realidad. La estela de Montoro podría haber designado grupos humanos (clanes, tribus, ciudades), unidades militares o algún otro tipo de colectivo o realidad social. «En uno u otro caso, lo que sí podemos afirmar es que la estela de Montoro ofrece nuevas evidencias para entender los orígenes de la escritura en la Península Ibérica, sugiriendo que las pautas de incorporación y uso iniciales de esta compleja tecnología en un territorio poblado de sociedades ágrafas fueron complejas», comenta el profesor García Sanjuán.